decir adiós

nota: escribí esto en Diciembre de 2020 y nunca lo publiqué porque nunca quedó tan perfecto como quería. PERO como regresé a escribir, pues lo publiqué así. nada más corregí unas faltas de ortografía porque oigannnn antes muerta que sencilla.

la vida es empezar y terminar, empezar y terminar, empezar y terminar. hasta que un día sólo terminas.

dice Mike Heck, de The Middle, que cuando te mueres, en tu tumba hay un 1988-20??. el 1988 es cuando naces, el 20?? cuando mueres… pero hay un guión en medio.

y ese guión representa tu vida.

hay pocas cosas en la vida que duran… toda la vida. mi mamá estaría en desacuerdo, tiene un suéter que ha usado desde 1982. estoy inventando la fecha porque no sé exactamente, pero quizás hasta es más.

a los 6 años llegué a la casa en la que crecí. una casa sin terminar. la primera noche dormimos todos en el mismo cuarto. nos despertamos a la 1 pm porque no había ruidos. muy diferente al gas que pasa hoy a las 7 de la mañana.

a los 6 años llegué a un lugar en donde todo se encharcaba si llovía. donde la hora de despertar era marcada por un gallo.

a los 6 años llegué a la casa donde, intermitentemente, pasaría los siguientes 26 años. el lugar que sería el refugio a todo lo que pasaba afuera. el lugar en donde, no importa qué tan mal estaban las cosas, siempre había un rincón que te ofreciera alivio.

y luego 2020 pasó.

creo que nunca había pasado tanto tiempo en la casa en la que crecí. 24 horas del día, 7 días a la semana. no es queja. es más bien un agradecimiento.

el primer cumpleaños que pasé aquí cumplí 6 años. hubo piñata y todo.

en esta casa jugué con mis primos a hacer galletas de lodo, luego nos las aventamos y entramos todos cochinos a la casa. no me acuerdo si nuestras mamás se enojaron, yo nada más me acuerdo de que nos divertimos.

en un cuarto fue donde vi por primera vez en la vida a unos gatitos nacer. estábamos mi papá y yo viendo a Otto y ella nos maulló como pidiéndonos ayuda. mi papá le acarició la panza y Otto se calmó. unas semanas después esos gatitos que nacieron empezaron a morder cables.

hubo unas vacaciones en las que mi hermana y yo hicimos un fuerte gigante (para nosotras) con nuestras sábanas alrededor de nuestras camas. un día después a mi papá se le ocurrió irnos de vacaciones a Guadalajara, cuando regresamos, el fuerte seguía ahí.

cuando iba a cumplir 7 años a mi papá se le ocurrió hacer un chapoteadero en el jardín por mi cumpleaños. semanas antes de eso estuvo llueve y llueve, no se terminó a tiempo. me acuerdo de ver por la ventana mientras llovía, triste porque mi sueño primermundista de tener una alberca en el jardín no se iba a hacer realidad a tiempo.

ese mismo chapoteadero lo terminó mi papá semanas después. ahí pasamos veranos, hicimos albercadas, tiramos a mis tías y pasamos horas y horas. un día un gato que tuvimos se cayó porque se quedó dormido. tiempo después, echamos peces y crecieron hasta que medían como 30 centímetros.

un día mi papá puso una hamaca en el patio. sólo era cuestión de tiempo para que jugara con mis primos a mecernos fuerte, tan fuerte que la hamaca se venció. no me acuerdo de quién se cayó, pero todos sobrevivimos.

vi el video de Hillary Duff de So Yesterday y en una parte salen como unas líneas de colores pintadas en las paredes (que en realidad están animadas) y a mí se me hizo súper padre así que decidí hacer lo mismo CON CRAYONES. quedó bien mal pero ahí se quedó mucho tiempo. pobre de mi hermana que tuvo que vivir en el mismo cuarto.

la casa se llenaba de olor a pay de manzana cuando mi mamá nos bendecía con ese postre. a veces hasta le ayudábamos. en Navidad se llenaba con olor a ponche.

cuando nos sentábamos muy cerca de la chimenea mi papá nos decía que nos quitáramos porque nos íbamos a hacer del baño en la cama. nunca pasó pero sigo teniendo ese miedo.

en una fiesta, unos primos y yo presentamos ante los adultos nuestra versión de Ventaneando. mi mayor orgullo es que yo fui Paty Chapoy.

aquí aprendí a andar en bici y a ser un adulto responsable. según.

me caí muchas veces y me salieron muchas costras. hice travesuras y mi mamá me regañó.

todavía me acuerdo del olor a cigarro en la oficina de mi papá. esa misma oficina que ahora que regresé, yo ocupé para trabajar. cómo da vueltas la vida.

aquí fue donde decidí qué estudiar. aquí fue donde decidí en qué trabajar. aquí fue donde soñé tantas veces con un lugar lejano. aquí fue donde me enteré que iba a ser tía. aquí fue donde pasé horas tirada en la cama. aquí fue donde reí, lloré, me enojé, pensé que no había soluciones a mis problemas, aquí fue donde alguien me preguntó si quería pasar el resto de la vida con él.


cada vez que estuvimos tristes, que tuvimos una pérdida grande que pensamos que nunca íbamos a superar, que fuimos muy felices, que tuvimos dudas, que no sabíamos para donde ir, esta casa siempre estuvo aquí.

siempre regresamos a la casa, al hogar.

y siempre lo dimos por hecho. siempre pensamos que pasara lo que pasara, el hogar siempre iba a estar ahí.

hasta que no.

hasta que ese lugar físico iba a dejar de existir. ya no íbamos a poder ver esa bugambilia. ya no íbamos a ver a ese bambú creciendo desproporcionadamente. el piso del cuarto en donde bailaste tantas veces ya no lo ibas a poder tocar otra vez.

pero te das cuenta de que esas personas con las que reíste y te enojaste siempre van a estar ahí.

y te das cuenta de que eso es el hogar.

y vas a regresar y regresar y regresar. y vas a sentir que el tiempo nunca pasó y que vas a seguir siendo esa niña que se sentaba en las escaleras mientras escuchaba a sus papás platicar en la cocina. vas a seguir siendo esa niña que se quedaba despierta esperando a que llegaran Los Reyes. vas a seguir siendo esa niña que, cuando lloraba, su mamá la cargaba y la abrazaba. porque, en realidad, eso es el hogar. no una casa, sino las personas con las que viviste ahí.

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